Al principio se creía que el autismo era diferente de la esquizofrenia, de inicio tanto infantil como adulto. Se pensaba que el autismo era un trastorno básicamente presente cuando empieza el desarrollo, mientras la esquizofrenia era un trastorno que aparecía más adelante y conllevaba la regresión.
En la esquizofrenia de inicio adulto, la edad más frecuente es la adolescencia tardía o la edad adulta temprana.
La esquizofrenia de inicio en la infancia era una prolongación descendente de la esquizofrenia adulta, produciéndose su inicio entre los 6 y los 12 años, infancia tardía.
La esquizofrenia infantil comparte características con la esquizofrenia adulta:
Síntomas positivos: relacionados con trastornos del neurotransmisor dopamina. Aparecen normalmente en la esquizofrenia reactiva, en la que la interrupción de la función es bastante repentina, la historia anterior parece normal, y lo síntomas son llamativos y espectaculares.
Ø Alucinaciones (percepción de ausencia de estimulación)
Ø Ilusiones (creencias falsas, especialmente los de la variedad paranoide bien organizada – recelosos-)
Ø Conducta extraña que incluye agitación,
Ø Auto / heteroagresividad (violencia hacia uno mismo y hacia los demás).
Ø Anomalías activas del pensamiento (asociaciones fuera de lugar y violación de las conversaciones que posibilitan la comunicación social).
Síntomas negativos: Asociados a ventrículos cerebrales agrandados, lo que habitualmente se considera un signo de atrofia. Asimismo, hay más pruebas de transmisión genética. Aparecen generalmente en la esquizofrenia de proceso, cuando la historia previa indica dificultades de adaptación graves; los síntomas sugieren rareza, idiosincrasia y aislamiento social.
Los que presentan sólo estos síntomas llamados también Esquizotípicos. (Diagnóstico de esquizotipia)
Ø Afectos debilitados
Ø Incapacidad para sentir placer
Ø Habla limitada
Ø Falta de motivación o impulso
Ø Escasa atención a todo.
Hay pruebas de que en la esquizofrenia infantil predominan los síntomas negativos y el inicio no manifiesto. Estos niños a menudo presentan anomalías y retrasos en el lenguaje temprano, las funciones motoras, la sensibilidad social, las relaciones con compañeros y los logros escolares. Muchos muestran signos de trastorno conductual y oposicional, así como de depresión. También presentan síntomas de trastorno del pensamiento, alucinaciones e ilusiones (las ilusiones pueden ser positivas, las más organizadas, y negativas).
Existen indicios de que la esquizofrenia infantil quizá tenga continuidad con el autismo y no sea un trastorno aparte. Russell señala que el grupo de inicio temprano, en general con diagnóstico de autismo, mostrará síntomas predominantes de evitación de mirada, preocupaciones anómalas, estereotipia, juego mal supervisado, desinterés hacia la gente, ecolalia e hiperactividad y los integrantes del grupo de inicio tardío, que serán diagnosticados como esquizofrénicos exhibirán síntomas predominantes de alucinaciones, trastorno del contenido de las ideas, y debilitamiento e incongruencia del afecto.
Un punto de vista sobre las últimas observaciones es que la diferencia real ente autismo y esquizofrenia infantil puede hallarse en el nivel de desarrollo del niño en el momento en que el proceso patológico se inicia o supera determinado umbral, así como en el grado en que este proceso modela el desarrollo posterior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario