En la historia las mujeres no han tenido acceso al sistema educativo, una de las reivindicaciones del movimiento feminista era el que las mujeres tuviesen acceso a la educación; en nuestro país es a partir de 1970 cuando se da el acceso masivo de las mujeres a la educación.
El primer movimiento trataba de que las mujeres tuviesen acceso a la educación, es decir, que hombres y mujeres tuviesen igualdad de oportunidades, pero esta igualdad de oportunidades se quedaba ahí, en oportunidades de acceso, ya que como pronto se pudo observar no se daba la igualdad de resultados; en los años 80 se empieza a ver que en el marco educativo aparece la segregación, ya sea por género, etnia, clase social, etc. Al ver que no se daba la igualdad de resultados, la imagen idílica que se tenía de la escuela se va desdibujando y se empieza a pensar y a ver que algo esta pasando.
La socialización de los/las niños/as comienza en la familia, cuando llegan a la escuela muchos de los roles existentes en la sociedad ya están siendo reproducidos, “la familia constituye la primera estructura organizada, que sujeta y sometida al sistema patriarcal, juega un papel primordial en la transmisión de valores sexistas en los primeros momentos de desarrollo humano, poniendo las bases del entramado básico de la personalidad”[1]
Cuando las/los niñas/os llegan a la escuela se les sigue tipificando en función del género, el hecho de que desde bien pequeños se les asignen batas de distinto color (rosa para las niñas y azul para los niños) es un ejemplo de ello. Se empieza a reflexionar sobre la forma de educar a los/as niños/as desde la escuela, se empieza a hablar de la necesidad de una coeducación, “una nueva filosofía pedagógica que, partiendo del análisis de género como paradigma básico, permite a los centros educativos y a todas aquellas personas con responsabilidad educativa, revisar el curriculum, los materiales didácticos, la organización escolar, la distribución del tiempo y el espacio, las actitudes, la programación y la oferta educativa con el fin de poder organizar el currículum escolar de manera integradora para las alumnas y alumnos (...)”[2] Muchas veces se ha mezclado la coeducación con la educación mixta, cuando no son lo mismo, la educación mixta, “es el sistema cultural dominante (...) basado en el principio democrático de igualdad entre todos los individuos, defiende la educación conjunta para hombres y mujeres como un compromiso básico del sistema educativo. (...) no concibe la masculinidad y la feminidad como construcciones sociales, (...)”[3] es decir, no supone más que qué en el mismo aula se encuentran personas de ambos sexos, sin embargo la coeducación trabaja por que no se de sexismo en la escuela, intentando que no se reproduzcan los roles asignados al sexo masculino y femenino, en definitiva superar la construcción social de género. “ la escuela coeducativa tiene en cuenta las diferencias entre los grupos sociales y sexuales como factor relevante para la educación de niños y niñas. (...) El sistema cultural coeducativo incorpora la diversidad de género en tanto que diversidad cultural”[4]
Para investigar de qué manera se esta trabajando en la escuela como señala Xavier Bonal, existe el currículum explícito y el oculto, el primero hace referencia a aquellos aspectos que se pueden tomar de una escuela y analizar directamente, hace referencia a las fuentes secundarias o preexistentes, como por ejemplo analizar el sexismo en los libros de texto que se utilizan; en el segundo, como su nombre indica, hace referencia a aquellos aspectos que nos son tan fáciles de visualizar, como pueden ser aspectos relacionados con la visión y expectativas del profesorado (Ej.: lenguaje utilizado en el aula) y la interacción en el aula (Ej.: a quien dedica más atención).
Hoy en día todavía falta mucho para trabajar desde esta perspectiva, muchas veces ni el alumnado ni el profesorado es consciente de que se esta produciendo y reproduciendo el sexismo, pero no sólo en este ámbito, ya que por ejemplo los medios de comunicación en sus anuncios nos demuestran esta asignación de roles a lo masculino y femenino.
En la coeducación deberían participar todos los actores que intervengan en la educación de los/as menores, familia, escuela, etc. En la actualidad se esta trabajando desde la educación mixta por lo que se sigue favoreciendo lo “masculino” y relegando a un segundo plano lo “femenino”, se esta primando el espacio público y desfavoreciendo el privado. El sexismo es consecuencia de la jerarquía cultural existente, del sistema de género imperante en la sociedad, el cual perjudica a todo el alumnado, a los chicos se les impide acceder a los valores tradicionalmente femeninos y las chicas se les conduce a realizar elecciones menos valoradas social y económicamente, ejemplo de ello puede ser al análisis de las diferencias en los estudios que realizan, “eligen” hombres y mujeres.
Para dar muestra de ello vamos a hacer referencia a algunos los datos de Navarra, en primer lugar hablaremos de las diferencias existentes en la FP–I, en 1996 – 97 la rama de Jardín de la Infancia, era realizada por mujeres en su totalidad (100%), y en la del metal un 0% lo que supone un 100% de hombres en la misma, estos son los datos más extremos pero se puede observar mirando las distintas ramas que se da una segregación por género. En las universidades (UPNA y UNA) se produce este mismo fenómeno, hay algunas carreras muy feminizadas y otras masculinizadas, en la UPNA, en el año 96 – 97 enfermería (85,1%), profesorado de EGB (80,0%) y trabajo social (82,0%) eran las carreras más feminizadas, frente a Ingeniería Industrial e Ingeniería técnica industrial, en las que las mujeres tienen poca representación. Estos datos hacen referencia a la permanencia de los roles, en lo público se están reproduciendo los roles que se hacían y se siguen haciendo en lo privado.
Otros datos muy representativos son el observar el profesorado en la UPNA según categorías por sexo (96 -97), la categoría que mayor prestigio social tiene y la que mejor remunerada esta es la de Catedrática/o, en la que menor representación tienen las mujeres (8,9%), ello puede tener que ver por un lado con la elección de los estudios, pero sobre todo por el itinerario vital de las mujeres, que tienen una doble jornada, en el ámbito doméstico y en productivo, lo cual hace difícil que puedan dar el máximo en las dos.
Por último, me gustaría señalar aquellas carreras en las que la presencia de hombres y mujeres es más igualitaria, estas pueden ser los nuevos roles que emergen en base a nuevas carreras; estas carreras por ahora no tienen sexo, es decir, no se les ha asignado un rol, por ejemplo, Ingeniería agrónoma (48,9% mujeres)· y Ingeniería Técnica Agrícola (49,2% mujeres)· .
Tenemos que tratar que ninguna carrera tenga asignada un sexo, para ello lo importante es romper con el sistema de género, y la coeducación puede ayudar a que poco a poco se vayan desdibujando los límites de los roles asignados a los sexos y dar lugar a una verdadera elección de la vida que queremos desempeñar.
El primer movimiento trataba de que las mujeres tuviesen acceso a la educación, es decir, que hombres y mujeres tuviesen igualdad de oportunidades, pero esta igualdad de oportunidades se quedaba ahí, en oportunidades de acceso, ya que como pronto se pudo observar no se daba la igualdad de resultados; en los años 80 se empieza a ver que en el marco educativo aparece la segregación, ya sea por género, etnia, clase social, etc. Al ver que no se daba la igualdad de resultados, la imagen idílica que se tenía de la escuela se va desdibujando y se empieza a pensar y a ver que algo esta pasando.
La socialización de los/las niños/as comienza en la familia, cuando llegan a la escuela muchos de los roles existentes en la sociedad ya están siendo reproducidos, “la familia constituye la primera estructura organizada, que sujeta y sometida al sistema patriarcal, juega un papel primordial en la transmisión de valores sexistas en los primeros momentos de desarrollo humano, poniendo las bases del entramado básico de la personalidad”[1]
Cuando las/los niñas/os llegan a la escuela se les sigue tipificando en función del género, el hecho de que desde bien pequeños se les asignen batas de distinto color (rosa para las niñas y azul para los niños) es un ejemplo de ello. Se empieza a reflexionar sobre la forma de educar a los/as niños/as desde la escuela, se empieza a hablar de la necesidad de una coeducación, “una nueva filosofía pedagógica que, partiendo del análisis de género como paradigma básico, permite a los centros educativos y a todas aquellas personas con responsabilidad educativa, revisar el curriculum, los materiales didácticos, la organización escolar, la distribución del tiempo y el espacio, las actitudes, la programación y la oferta educativa con el fin de poder organizar el currículum escolar de manera integradora para las alumnas y alumnos (...)”[2] Muchas veces se ha mezclado la coeducación con la educación mixta, cuando no son lo mismo, la educación mixta, “es el sistema cultural dominante (...) basado en el principio democrático de igualdad entre todos los individuos, defiende la educación conjunta para hombres y mujeres como un compromiso básico del sistema educativo. (...) no concibe la masculinidad y la feminidad como construcciones sociales, (...)”[3] es decir, no supone más que qué en el mismo aula se encuentran personas de ambos sexos, sin embargo la coeducación trabaja por que no se de sexismo en la escuela, intentando que no se reproduzcan los roles asignados al sexo masculino y femenino, en definitiva superar la construcción social de género. “ la escuela coeducativa tiene en cuenta las diferencias entre los grupos sociales y sexuales como factor relevante para la educación de niños y niñas. (...) El sistema cultural coeducativo incorpora la diversidad de género en tanto que diversidad cultural”[4]
Para investigar de qué manera se esta trabajando en la escuela como señala Xavier Bonal, existe el currículum explícito y el oculto, el primero hace referencia a aquellos aspectos que se pueden tomar de una escuela y analizar directamente, hace referencia a las fuentes secundarias o preexistentes, como por ejemplo analizar el sexismo en los libros de texto que se utilizan; en el segundo, como su nombre indica, hace referencia a aquellos aspectos que nos son tan fáciles de visualizar, como pueden ser aspectos relacionados con la visión y expectativas del profesorado (Ej.: lenguaje utilizado en el aula) y la interacción en el aula (Ej.: a quien dedica más atención).
Hoy en día todavía falta mucho para trabajar desde esta perspectiva, muchas veces ni el alumnado ni el profesorado es consciente de que se esta produciendo y reproduciendo el sexismo, pero no sólo en este ámbito, ya que por ejemplo los medios de comunicación en sus anuncios nos demuestran esta asignación de roles a lo masculino y femenino.
En la coeducación deberían participar todos los actores que intervengan en la educación de los/as menores, familia, escuela, etc. En la actualidad se esta trabajando desde la educación mixta por lo que se sigue favoreciendo lo “masculino” y relegando a un segundo plano lo “femenino”, se esta primando el espacio público y desfavoreciendo el privado. El sexismo es consecuencia de la jerarquía cultural existente, del sistema de género imperante en la sociedad, el cual perjudica a todo el alumnado, a los chicos se les impide acceder a los valores tradicionalmente femeninos y las chicas se les conduce a realizar elecciones menos valoradas social y económicamente, ejemplo de ello puede ser al análisis de las diferencias en los estudios que realizan, “eligen” hombres y mujeres.
Para dar muestra de ello vamos a hacer referencia a algunos los datos de Navarra, en primer lugar hablaremos de las diferencias existentes en la FP–I, en 1996 – 97 la rama de Jardín de la Infancia, era realizada por mujeres en su totalidad (100%), y en la del metal un 0% lo que supone un 100% de hombres en la misma, estos son los datos más extremos pero se puede observar mirando las distintas ramas que se da una segregación por género. En las universidades (UPNA y UNA) se produce este mismo fenómeno, hay algunas carreras muy feminizadas y otras masculinizadas, en la UPNA, en el año 96 – 97 enfermería (85,1%), profesorado de EGB (80,0%) y trabajo social (82,0%) eran las carreras más feminizadas, frente a Ingeniería Industrial e Ingeniería técnica industrial, en las que las mujeres tienen poca representación. Estos datos hacen referencia a la permanencia de los roles, en lo público se están reproduciendo los roles que se hacían y se siguen haciendo en lo privado.
Otros datos muy representativos son el observar el profesorado en la UPNA según categorías por sexo (96 -97), la categoría que mayor prestigio social tiene y la que mejor remunerada esta es la de Catedrática/o, en la que menor representación tienen las mujeres (8,9%), ello puede tener que ver por un lado con la elección de los estudios, pero sobre todo por el itinerario vital de las mujeres, que tienen una doble jornada, en el ámbito doméstico y en productivo, lo cual hace difícil que puedan dar el máximo en las dos.
Por último, me gustaría señalar aquellas carreras en las que la presencia de hombres y mujeres es más igualitaria, estas pueden ser los nuevos roles que emergen en base a nuevas carreras; estas carreras por ahora no tienen sexo, es decir, no se les ha asignado un rol, por ejemplo, Ingeniería agrónoma (48,9% mujeres)· y Ingeniería Técnica Agrícola (49,2% mujeres)· .
Tenemos que tratar que ninguna carrera tenga asignada un sexo, para ello lo importante es romper con el sistema de género, y la coeducación puede ayudar a que poco a poco se vayan desdibujando los límites de los roles asignados a los sexos y dar lugar a una verdadera elección de la vida que queremos desempeñar.
[1] Amaru, Actas de la II Universidad de verano: Hacia una pedagogía de la Igualdad. Salamanca, 1998. “Los valores en el desarrollo de la persona: Coeducación. Pág.: 45
[2] Op.Cit.
[3] Bonal, Xavier. “Las actitudes del profesorado ante la coeducación” Propuestas de intervención, Barcelona, Editorial GRAÓ, p.38, 1997
[4] Ibiden. p.40
· Datos del “Alumnado universitario en la UPNA según titulaciones por sexo” curso 2001 -2002
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